30 Sep La influencia del estrés en la salud de la piel y cómo combatirlo con tratamientos estéticos
El estrés es uno de los principales factores que afectan la salud de la piel, provocando acné, irritaciones e, incluso, envejecimiento prematuro. Por desgracia, en la sociedad moderna, donde el ritmo de vida acelerado es la norma, la piel tiende a reflejar el impacto del estrés acumulado.
Pero ¡que no cunda el pánico! Porque en CEM Canarias, tu academia de estética, enseñamos a los futuros profesionales a identificar los daños causados por el estrés en la piel y a tratarlos con los mejores métodos estéticos disponibles.
Cómo el estrés impacta la piel
El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol, una hormona que afecta directamente a la piel. Pues bien: el aumento de la misma puede causar una producción excesiva de sebo, provocando acné y brotes inesperados.
Además, reduce la capacidad de la piel para retener agua, lo que lleva a una piel seca, irritada y propensa a la aparición de arrugas.
También afecta la circulación, ralentizando el proceso de regeneración natural de la piel, lo que da como resultado un tono apagado y envejecido.
Tratamientos hidratantes: oxigenoterapia y ácido hialurónico
Tratamientos hidratantes como la oxigenoterapia y las inyecciones de ácido hialurónico son esenciales para contrarrestar los efectos nocivos del estrés. La oxigenoterapia mejora la oxigenación de la piel, proporcionándole una apariencia más fresca y rejuvenecida, mientras que el ácido hialurónico restaura la humedad y mejora la elasticidad, dejando la piel suave y firme.
Masajes faciales: relajación y regeneración
Los masajes faciales, como el conocido masaje Kobido, estimulan la circulación sanguínea, ayudando a que los nutrientes y el oxígeno lleguen a las células de la piel de manera más efectiva. En consecuencia, promueven la relajación, además de mejorar el tono muscular del rostro, lo que contribuye a una apariencia más firme y rejuvenecida.
Tratamientos antioxidantes: protección contra el daño
Los tratamientos antioxidantes, que incluyen productos con vitamina C, vitamina E y otros compuestos regeneradores, ayudan a proteger la piel del daño causado por el estrés oxidativo. Son especialmente útiles para prevenir el envejecimiento prematuro y revitalizar la piel apagada y cansada.
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